sábado, 27 de diciembre de 2014

Gotze, símbolo de una era

La pelota voló al área seguida por la mirada hambrienta de Mario Gotze, frenó en el pecho del alemán y antes de tocar el suelo volvió a ser impulsada por su botín izquierdo para burlar al arquero argentino Sergio Romero y colarse a la red. Era el 13 de julio y el mundo del fútbol entraba en una nueva era.

"El momento de marcar el gol es indescriptible. Uno no se da cuenta de lo que pasa en esa situación, en ese minuto. Es sencillamente indescriptible", comentó ayer el delantero sobre el tanto con el que dio a Alemania su cuarta Copa del Mundo y destrozó los sueños de la Argentina de Lionel Messi en la final de Brasil 2014.

La sorpresa de Gotze fue la de los millones de espectadores que siguieron la final disputada en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro. Nadie apostaba por el protagonismo del jugador del Bayern Múnich.

Nada de eso intimidó al técnico Joachim Low, que en el minuto 88 de la final se acercó a Gotze en el banquillo y le anunció su entrada a la cancha con una orden que fue una premonición: "Muestra al mundo que eres mejor que Messi y que puedes decidir el partido. Tienes todas las condiciones para hacerlo".

Su protagonismo en la final disparó la exposición a la prensa, el interés por su vida privada, la presión del técnico Josep Guardiola, al que aún no convence ("Espero más de él"), la subasta de su ya famoso botín de la final por 2.4 millones de dólares y hasta una oferta para hacer cine.

“Todavía soy muy, muy joven”, dijo en un programa televisivo de su país.

También de ese talento joven es Mario Gotze un símbolo.

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