Alemania, la única de las 32 selecciones que logró el pase para Rusia 2018 después de ganar todos sus partidos en la fase de clasificación, festejó, hace cuatro años, en Maracaná y gracias a un gol en la prórroga de Mario Götze -ausente en este Mundial- su cuarto título, después de los que ganó en 1954, en Suiza; en 1974, en su propio país; y en 1990, en Italia.
Los de Joachim Löw llegan a Rusia con la intención de igualar el récord de cinco Copas del Mundo de Brasil -que a su vez buscará su sexta corona-. Y como primer rival se encontrarán este domingo a la selección mexicana, que dirige el colombiano Juan Carlos Osorio y que aspira a romper la barrera de cuartos, su mejor clasificación histórica, en los dos Mundiales que organizó, en 1970 y 1986.
Ambas selecciones llegaron a territorio ruso con controversias extradeportivas. Los alemanes, por la polémica foto que dos de sus jugadores, Mesut Özil e Ilkay Gündogan, de origen turco, se sacaron junto al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, lo que provocó que al segundo le pitaran durante los minutos que jugó en el último amistoso, que no disputó el primero. Y los mexicanos, por una fiesta en su día libre que según algunos medios fue algo subida de tono.
Polémicas, que, según noticias provenientes de ambos cuarteles generales, ya forman parte del pasado.
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