LA PAZ
Alemania finalmente se hizo del cetro máximo del Mundial de Brasil. Conquistó su cuarto título mundial, tras superar a Argentina por 1-0, en tiempo de prórroga, cuando se jugaban los 113 minutos de juego.
Los alemanes ya habían conquistado el cetro del fútbol en los mundiales de Suiza 1954, Alemania 1974 e Italia en 1990. Ayer, en pleno Maracaná, tras 24 años de sequía, alzaron el cetro máximo por cuarta ocasión.
Fue el premio al equipo más regular de la competición, al que si bien -además- mostró el juego más mecanizado, pero también ayer confirmó que tiene calidad para llegar a la cima máxima del fútbol mundial. Cayó Argentina, no obstante su lucha denodada por llegar a empatar el encuentro.
La cara de Lionel Messi, la bota de oro del Mundial 2014 lo decía todo, los jugadores argentinos no pudieron ocultar la frustracción de no poder levantar el trofeo de la FIFA.
Durante los noventa minutos, fue un choque de estrategias, con los argentinos en el primer tiempo abocados al contragolpe, producto de lo cual tuvieron las mejores ocasiones de gol, mediante Gonzalo Higuaín. En este lapso de tiempo, la velocidad de Lionel Messi hizo estragos en la defensa alemana. En el segundo tiempo, los alemanes equilibraron el juego, lo manejaron mejor, hasta pudieron liquidar el partido, pero no estuvieron certeros para definir. A dos minutos del final (en tiempo reglamentario), Joaquín Low sacó de la galera el cambio clave, ingresó Mario Gotze por Miroslav Klose, el historico alemán. Y, fue Gotze, quien metió la única estocada, cuando se jugaba el minuto 113, con clase y categoría. Luego, Argentina se la jugó, pero no le alcanzó.
John T. Padilla Monterde, Suiza
Luego de los 31 días de la actividad futbolística del Mundial, de los que una vez más fuimos simplemente espectadores, existen varias constataciones sobre cómo se comporta el desarrollo del principal deporte del planeta. Para los europeos fue simplemente la confirmación de la sorpresa que originaron equipos como Bélgica, Suiza, Croacia y Bosnia-Herzegovina en la etapa clasificatoria. De estos equipos podemos rescatar el valioso trabajo que sus federaciones realizan en las divisiones inferiores para garantizar que la selección mayor pueda contar con recursos humanos nuevos y de nivel sin preocupaciones De Alemania y Holanda, acomodadas en lo más alto del podio, hay que copiar la eficacia de su sistema interno de competencias profesional y amateur. El registro de jugadores, transferencia e incentivo de competencias locales son un ejemplo dentro de las asociaciones de la UEFA. El Fracaso de Italia, España e Inglaterra no sólo han generado la decepción de sus seguidores si no también que se replanteen al interior los programas de desarrollo y los sistemas de competencia en las divisiones inferiores. Los cambios en estos países no sólo serán estructurales y las prioridades serán nuevamente dirigidas hacia las competencias en divisiones inferiores.
La CONCACAF, que con razón se sintió bien representada por México, Costa Rica, Honduras y los Estados Unidos. Ha comenzado hace dos años a desarrollar políticas de cooperación a nivel de comunicación, mercadeo e intercambio deportivo. Su objetivo es asegurar que el nivel competitivo de las selecciones de la región pueda reposicionar el fútbol Caribeño-Centro y Norte Americano y por qué no, lograr que uno de sus equipos sea finalista en una de las venideras ediciones de la Copa Mundial.
Por su parte, el fútbol asiático continúa a reflejar su bien establecida filosofía de” Fair-Play”. Ese estilo de juego que nos hace recordar la inocencia de los primeros partidos que disputamos con los amigos. No, el estilo de juego de la región no es simplemente una política de juego limpio, es el reflejo de cómo se juegan disciplinadamente la mayoría de torneos al interior de cada una de las asociaciones miembro. Corea del sur, hoy por hoy, tiene jugadores disputando campeonatos como la “Bundesliga” (Alemania), La “Premier League” (Inglaterra) y la “Ligue 1” de Francia, entre otras competiciones europeas. La conclusión comparativa con nuestro fútbol es sencilla, su potencial es mucho más importante que el de nuestro fútbol actual.
La que menos sorpresas y más desencantos nos provocó es la Confederación Africana de Fútbol (CAF) En los últimos mundiales nos acostumbraron a esperar presentaciones inesperadas de sus clasificados a la cita mundialista. Lastimosamente, el rendimiento futbolístico va a la par de la situación interna. La cantidad de denuncias por malversación de fondos y corrupción, son similares al número de jugadores emigrantes al fútbol europeo. La inestabilidad de los programas de desarrollo y la dificultad de su seguimiento hasta su conclusión, hace que los equipos africanos disputen sus compromisos con la esperanza de que sus estrellas de exportación hagan los milagros de los que ya fuimos testigos.
Por último y prestándome los comentarios de periodistas europeos, no podríamos más que confirmar que el nivel que nos mostraron los equipos Sudamericanos es impresionante por su
calidad, velocidad y mezcla de experiencia y juventud. De la participación de los equipos de nuestra región nos queda la sensación que la cohesión de juego que lograron Chile, Colombia y Ecuador harán de ellos rivales difíciles para la Copa América del 2015 y la nueva Copa Centenario del 2016.
Argentina y Brasil han entrado en una zona de confort en la que no será difícil, para quienes trabajan en ello, de sorprenderles y de esta manera hacer que los torneos sean más atractivos.
Para selecciones como la nuestra, la venezolana, peruana y la paraguaya las futuras eliminatorias no hacen más que ponerse cuesta arriba. Las diferencias económicas serán más acentuadas y con ello también las posibilidades de preparación. Lo que nos queda es aprovechar la buena impresión dejada por los equipos latinoamericanos para reformular nuestra política de formación, buscar financiamiento para la promoción de valores y de una vez presentar una planificación a corto, mediano y largo plazo para el desarrollo del fútbol boliviano. Eso es lo que nos queda de este Mundial, la imagen clara de que nos falta mucho por hacer y que la mejor opción es comenzar a trabajar desde ayer.
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